Este momento de Estudiantes duele. A un nivel colectivo que sigue cayendo en picada desde aquél buen partido con Boca, se le suman errores individuales groseros que cuestan puntos. Hoy, otra vez Villar. Y hoy, otra vez Iberbia. Imposible analizar el partido sin estos dos errores. Porque Estudiantes juega mal, pero sus rivales juegan igual o peor. El primer tiempo de hoy fue espantoso, en cambio en el segundo hubo reacción, hubo cierto dominio ayudado por el gol de Zapata y hubo un poco más de actitud luego de un apático primer tiempo.
Tampoco se puede olvidar que se jugó sólo 67 horas después de finalizado el partido con Rafaela (teléfono dirigentes!!).
De Villar no se puede decir nada, más que esperar que gracias a su lesión Silva gane la titularidad. De Schunke tampoco sirve agregar elogios, cada vez más firme y se destaca ante una defensa muy floja. El Chavo está flojo y mal físicamente, hoy tuvo un error enorme salvado por Schunke y una corajeada igual de enorme en ataque que casi termina en gol. El Colo no está firme, quizás por jugar de lateral, y alterna errores y aciertos, mientras que de Iberbia mejor ni hablar porque las puteadas salen demasiado fácil con la bronca de hoy.
El mediocampo es muy confuso con este esquema, y los jugadores muy bajos. Sánchez hizo todo para que se lo extrañara al Chapu, el Pampa de 8 jugó extremadamente mal (¿por qué no Jara que entró bien ya que tanto lo quemamos jugando de 4?) en cambio de cinco tras la salida de Sánchez mejoró. Martínez acorde a los demás, ni mejor ni peor, pero se espera más de él. Auzqui y Núñez de a momentos son iguales, rapiditos, sin levantar la cabeza, eligiendo mal, con ganas pero sin nada de claridad. Y el Negro, fusilado durante casi todo el segundo tiempo, hizo poco porque la pelota no le llegó nada, y cuando le llegó una redonda la metió.
Habrá que tener autocrítica, no hay respuestas desde el banco y menos dentro de la cancha. Lo que más duele es ver por momentos un equipo sin actitud. Y cuando tiene actitud no tiene nada de juego. El objetivo de 30 puntos ya está lejísimo, y lo que más preocupa es que cada vez se juega peor.